11/09/2021

Via verde de Ojos Negros a Puerto de Sagunto

Hace ya algunos años que el grupo de amigos de la bici realizamos una escapada anual recorriendo una vía verde, pero llevabamos ya dos años sin hacerlo por culpa del COVID19 y habia mono.

Asi, con las precauciones que suponía la situación del virus, a finales de julio 2021 se propuso a los posibles compañeros de viaje realizar la vía verde de Ojos negros a Sagunto el último fin de semana de agosto. Después de unos días se definió la compañía de diez ciclistas y un conductor de furgoneta. Furgoneta que nos acompaña durante la ruta suministrándonos, auxilio -en el caso de ser necesario-, comida y bebida.

Estructuramos el viaje en tres etapas: la primera de Ojos Negros a Teruel, la segunda de Teruel a Jérica y la tercera de Jérica a Puerto de Sagunto. Para ello reservamos 11 habitaciones individuales en la primera quincena de agosto en el Hotel Isabel de Segura en Teruel, con cena y desayuno incluidos. Otras tantas en el Hotel Rosaleda Doncel en Jerica, pero esta vez sin cena porque nos disparaba el presupuesto y sin desayuno porque lo queriamos  entre las 7:00 y las 7:45 horas pero no nos lo podian servir ya que el personal del servicio entra a las 8:00 horas. Sí nos ofrecieron un picnic pero la peña quería cafe. También reservamos la furgoneta de apoyo, una mercedes vito con capacidad para transportar tres personas. La parte trasera la utilizaríamos parta transportar las bolsas de viaje, la comida, la bebida y dos bicicletas.

 
Una sorpresa negativa nos la dio el hotel Rosaleda Doncel de Jerica. El día anterior a la salida, a última hora de la tarde nos comunica que no disponía de las 11 habitaciones reservadas, a pesar de haber entregado un 30% del coste como señal. Nos hicieron pasar muy malos ratos pensando en cómo solucionar el problema ya que el hotel no nos ofreció una respuesta valida. Únicamente comentar que tuvimos que poner mucho de nuestra parte, sin malos rollos. La excusa por su parte fue que habia sido un error imperdonable.

El primer problema que se nos planteó fue cómo subir 11 personas hasta el inicio de la ruta. Valoramos fletar un autobus, pero el coste era oneroso para nuestro planteamiento. Surgió entonces una solución que nos resultó aceptable económicamente, el Ciclotaxi GUDAR-JAVALAMBRE, para completar la capacidad de carga de bicicletas y personas de nuestra flamante furgoneta alquilada.

 

 Nos recogio a las 6:30 horas en Puerto de Sagunto con puntualidad.



y nos llevo hasta Ojos negros en una hora y media, mas o menos. El servicio de taxi, exquisito. El taxista, muy profesional, diligente y simpático. Un opción que valoraremos prioritariamente para realizar otros viajes a otros destinos, dentro de la capacidad del servicio que es hasta 12 ciclistas.

Al llegar a Ojos Negros, después de revisar las bicicletas, nos dispusimos a almorzar, con su cafe correspondiente y realizamos la foto de grupo, como siempre hacemos.

El fallo fue no habernos informado de que el bar de Ojos Negros se encontraba abierto y podriamos haber encargado los bocadillos. Lo dejamos pendiente para el próximo viaje.

Antes de la partida pasaron por donde nos encontramos unos vecinos de la localidad que nos advirtieron de que la vía verde ahora comenzaba allí y que estaba hecha hasta casi llegar a Peracense. Así que la tomamos y seguimos, toda ella por un firme excelente; parece que habian compactado un árido tipo zahorra sobre el balasto de la vía.

Continuamos por carreteras secundarias hasta Santa Eulalia, donde enlazamos con el tramo de vía verde ya existente y de ahí hasta Cella, donde paramos a comer para reponer fuerzas. Y dar una cabezadita para minimizar los efectos del madrugón.





Nos hizo unos días de calor bastante duros, llegando a los 34º C. y el camino hasta Teruel con firme muy irregular, descarnado, con las barandillas de madera en bastantes lugares a falta de travesaños o directamente inexistentes. Llegando hasta la estación de Baños en Teruel. Luego enlazamos con la carretera donde la compartimos con coches y camiones para llegar al
Hotel Isabel de Segura.  Echamos de menos que Teruel no haya realizado un enlace mediante carril bici desde la estación de baños hasta el centro.

El servicio y la atención recibida en el hotel de Teruel fue excelente. Esto no es una novedad para nosotros porque es la razón por la que siempre hemos parado en él.  Nos provee de un lugar seguro para guardar las bicicletas y esto es muy importante.

Por la mañana reemprendimos el viaje de Teruel hasta Jérica con el abandono de un compañero por cuestiones de salud. Esta es una de las ventajas que tiene esta vía verde: tenemos un transporte alternativo que nos acopaña casi permanentemente la RENFE.

El resto bajamos hasta la estación de Baños para comenzar de nuevo dirección a Escandón. Hacía un poco de fresco y nos tuvimos que abrigar un poco. Teruel es lo que tiene, que por las noches baja la temperatura incluso en verano. En estas montañas que rodean Teruel y particularmente en las trincheras nos encontramos con algunos charcos de las tormentas de días anteriores y también desprendimientos de rocas y aportaciones de tierra a la vía verde, todavía humeda, que dificultaba el paso de las bicicletas. Poco a poco subimos el puerto hasta Escandón, donde paramos a almorzar.






En la estación de Escandón nos dio tiempo de volver a despedirnos del compañero que se iba para casa.

Seguimos el camino acercándonos hasta el lugar de comer, y seguimos viendo barandillas deterioradas.

 

Con paradas técnicas para reparar mi bici que perdía la pata de cabra por momentos para vivir su vida y para reponer agua por el calor y echarnos unas risas.

Nos encontramos en la misma dirección con una pareja en la que ella iba en bici y él en silla  de ruedas eléctrica. Da gusto ver que la vía verde es para todos, todos.

Así nos fuimos acercando hasta la estación de Los Palancares, donde paramos para comer y reposar unos momentos. La etapa era calurosa, la más larga y en la que empieza a notarse el esfuerzo realizado. La alegría de parar fue general.





Después de comer, en posición relajante de algunos, contando anecdotas del viaje y tonterías varias pasamos el rato de descanso.



Comimos, tomamos unos momentos de respiro para pasar un par de horas de calor a la sombra. Después continuamos el viaje hacia Jérica.










La siguiente parada fue la tradicional en Caudiel, en la fuente justo después de la salida del túnel a la izquierda.


El agua estaba helada, pero a alguno le dio igual, pudiendo haber perdido los dedos de las manos y los recuerdos de por vida. Esta práctica no se recomienda realizarla si no eres un fornido leonés. Ni lo intentes.


Paco sentenciaba al más puro estilo almeriense y Marina, atenta, no perdía ripio de las explicaciones.



Cotinuamos hasta Jérica desde Caudiel, que es un dejarse caer.

Después de una ducha reparadora y unos zumos de cebada nos fuimos a cenar a uno de los bares del pueblo, concretamente a "casa Pepín".

Cenamos de tapas, estaba todo riquisimo y por un precio muy razonable. Experiencia a repetir y que recomendamos.


Por la mañana, a las siete, repuestos y todo a punto nos dirigimos a desayunar a la plaza de Jérica, al bar CASA TINO donde nos lo preparó y lo degustamos tranquilamente con un fresquito que daba gusto.

 


Continuando el viaje en dirección a Sagunto no tardamos en volver a hacer otra parada tradicional, esta vez en el mirador de Jérica. Aquí veis la fotografia de algunas de nuestras bicis con Jérica al fondo.


Re-continuamos poco a poco hacia el almuerzo previsto a realizar en Soneja.


No sin antes otra parada tradicional, parada en el mirador del pantano del regajo.


Los sábados y domingos, esta via verde, en el trazado valenciano, se llena de personas a pie, en bicicleta, o a caballo. Una de estas caminantes nos realizó esta fotografia. Aqui se produjo la anécdota más graciosa de todos estos tres días, cuando coincidió que dos mujeres subían desde el lado Sagunto y llegamos a la vez al mismo punto del mirador del pantano del Regajo. Les solicitamos que nos realizaran la instantánea. Terminada la foto, las mujeres regresaronn por donde venían, a lo que uno del grupo -no recuerdo quién :-)))- les advirtió que cuando las vimos subían hacia Teruel y que ahora volvían hacia el mismo lado del que venían. "Por si no se habían dado cuenta de la circunstancia".  A lo que las mujeres le aclararon que el mirador era el punto de retorno de su paseo y dieron gracias por advertírselo para que quedara tranquilo, no era que se habían vuelto tontas de golpe :_)))))))). 

Continuamos hasta Soneja. Lo primero fue reparar el primer y único pinchazo del grupo. Obsérvese la protección de manos mediante guantes y gafas oscuras para que no vean para dónde está mirando. Todo realizado bajo la atenta mirada del compañero sobre los bocadillos.

Bicicleta reparada, a almorzar.


Pasamos por el nuevo tramo de vía verde entre Algimia y Albalat de Tarongers, donde termina por ahora.



Este tramo tiene dos cuestas terribles que me dan la sensación no son aptas para personas con diferentes sensibilidades en movilidad. Una pena.

Realizamos una nueva parada para reponer líquidos en el aparcamiento de Albalat y de ahí directamente, atravesando Petrés y Sagunto, núcleo histórico, por el borde del río hasta el Puerto de Sagunto.

Lo mejor del viaje:

  • La peña, muy buen ambiente, muy colaboradores.
  • Juan Antonio, madre del grupo y conductor.
  • Los túneles, han sido reparados con el firme en muy buenas condiciones.

Lo peor:

  • El problema con el hotel Rosaleda Doncel de Jerica. 
  • El camino desde Cella a Teruel y después de Teruel: descarnado, con rocas y mucho aporte de tierras en las trincheras, las barandillas caídas, a falta o desaparecidas. Es decir, deficiente mantenimiento.
  • Las dos cuestas terribles en el tramo de Algimia a Albalat de Tarongers.

Dicen que el final del viaje es comienzo del siguiente. Así que el nuevo puede ser el carrilet de Olot o el de Matarraña o el que se consensue entre todos.