14/11/2021

Movilidad desde la perspectiva de género

Las mujeres son las usuarias mayoritarias del transporte público colectivo. Son también las que más viajes realizan a pie y alrededor del 15% de viajes en el coche privado son realizados por mujeres. Entonces si son ellas las que realizan la movilidad basada en el trabajo no remunerado de cuidadoras dispensando la atención a menores, ancianos o discapacitados y las tareas domésticas como limpieza, cocina, compras y gestiones del hogar, no tiene ningún sentido que los transportes colectivos pongan más unidades de centrándose en los viajes al y desde el trabajo (horas punta), es decir, más posibilidades de movilidad para el trabajo de producción. Se penaliza la intermodalidad de las mujeres que son quienes utilizan más el transporte público en las otras horas, y realizan una movilidad más eficiente.

Entonces las encuestas sobre movilidad ¿Qué preguntan? ¿Qué valoran?, ¿Por qué dan más valor a la movilidad por cuestiones de trabajo? No se entiende que prioricen los datos cuantitativos subestimando los cualitativos.  Unos datos que nos dicen la cantidad de personas que utilizan el coche, el autobús, el tren o el metro separadamente, pero no nos dicen qué personas y en qué cantidad realizan movilidad intermodal, es decir combinando diferentes modos de transporte, optimizándolos. En ocasiones, a las mujeres se las indica como colectivo, y que al 50% de la población se la considere un colectivo es una forma de perpetuar el sistema patriarcal.

Históricamente a la mujer se le ha imbuido a tener miedo en los espacios públicos, a tener miedo de las personas desconocidas, a tener miedo a moverse de noche. Las ciudades están cargadas de miedo, pero la realidad es que las violencias, los asesinatos de mujeres se dan mayoritariamente en el ámbito del hogar por personas conocidas, todo ello sin perder de vista la violencia sexual y verbal en el ámbito público. El concepto de seguridad es complejo ya que intervienen cuestiones sociales, políticas, económicas, culturales, etc., en cada persona, por lo que la percepción de seguridad es diferente en cada género, pero la cuestión de tener en cuenta las violencias contra la mujer no parece que sea un objetivo judicial o policial cuando vemos detenciones por robos, actos incívicos, etc.

Existen seis principios para dar seguridad que son: Ver y ser vistas, saber dónde estás y adónde vas, oír y ser escuchadas, poder escapar y pedir ayuda, lugares limpios y acogedores y actuar colectivamente. Este ultimo principio es fundamental, ya que, si la mujer no se organiza, no está en todos los foros donde se decide, sirve de poco el resto, no cambiará nada, las estructuras que sostienen las desigualdades de género seguirán intactas.

La movilidad desde la perspectiva de género implica una visión integral de 24 horas al día, 7 días a la semana. Particularmente se ha de tener en cuenta la movilidad nocturna y cómo se ve condicionada por el género la percepción de miedo, la menor frecuencia o inexistencia de transporte público o una conexión intermodal deficiente o inexistente. Es necesario recoger todas las movilidades en las encuestas.

Es necesario cambiar el paradigma machista actual que constituye un fenómeno multidimensional en el cual se hayan integrados tantos factores y de tan diversa índole. Es necesario cambiarlo por un modelo que tenga en cuenta la vida cotidiana integral, que ponga en el centro de la vida la movilidad de género, priorizando los transportes sostenibles, con equidad de género, con seguridad, atendiendo a las violencias contra las mujeres y las percepciones de seguridad diferenciadas.