El
colegio es el espacio en el que se concentran padres, niños y vehículos en
determinados momentos, por lo que debe contar con una señalización clara que
delimite las áreas y evite riesgos. Es evidente que lo ideal sería que los
niños pudieran ir y venir del colegio con seguridad, pero hoy por hoy la ciudad
no da esas prestaciones, al menos desde la perspectiva del padre o la madre.
El
colegio debería de contar con accesos adecuados prioritariamente para el
transporte mayoritario, el peatón. Pero la realidad nos engulle en un montón de
vehículos asaltando los accesos a los colegios con los vehículos de los padres
y madres lanzando como paracaidistas a los pequeños peatones entre el maremagnum de coches aparcados en la puerta de la escuela.
En
esta ciudad, casualmente, la mayoría de colegios e institutos se han situado en
las avenidas y por lo tanto en un sitio muy vistoso, muy ruidoso, con vehículos
aparcados a ambos lados de los pasos de cebra que imposibilitan ver con
prontitud al pequeño estudiante, en otras ocasiones situamos un punto limpio
con tres o más contenedores a la izquierda del paso de cebra y dificultan la
visión. La entrada de los colegios en las avenidas son lugares en donde las
velocidades de los vehículos a motor son muy peligrosas para las personas en
general y para los pequeños en particular, a esto hay que añadir los larguísimos
pasos de cebra para cruzar avenidas. En estas condiciones la presencia de policía
local para regular el tráfico y hacer respetar las zonas de aparcamiento y los
pasos de peatones es fundamental, porque no hay nada más, no hay refugio para
los peatones.
Uno
de los grandes problemas en los accesos escolares es el aparcamiento temporal
de vehículos que llegan a ocupar dos o tres filas, según los casos. Esto
estrangula el paso por la avenida, aumentando los nerviosismos de conductores que
abren la puerta y entonces el niño sortea los vehículos mal estacionados hasta
llegar a la acera. Además por su tamaño se incrementa el peligro de que sufran
un incidente con un vehículo cuando este está maniobrando y puede no percatarse
de su presencia.
Para
evitar problemas de seguridad de los niños, en el colegio se debe establecer
medidas que restrinjan el aparcamiento en general y en el espacio destinado a
la parada del autobús escolar y en las zonas de cruce de peatones en particular.
Se debe priorizar los transportes colectivos a los particulares.
Otro
problema derivado de un mal estacionamiento del vehículo es el que afecta a la
correcta ubicación de los pequeños en el coche en el momento de recogerlos a la
salida del cole. Las prisas por quitar el vehículo mal aparcado, o incluso el
hecho de no poder salir del vehículo por molestar, impiden asegurar de la
correcta colocación del niño en su silla. Un estudio del RACE refleja que
incluso es el propio niño el que muchas veces se sube al coche y se sienta solo
en la silla ¡con la mochila puesta! Como regla general, se deben llevar a los
niños con tiempo suficiente, y nunca esperar o dejar a los niños al otro lado
de la calzada del colegio (lo que obligaría al niño a cruzar).
Si
pretendemos que los niños realicen el desplazamiento a pie, es importante
conocer el recorrido, evaluar los riesgos, y estimar los tiempos, para ir
tranquilamente y sin prisas. Si se debe cruzar, se debe hacer por los pasos
para peatones, respetando los semáforos (los adultos somos el mejor ejemplo
para los pequeños) y recordando la técnica de mirar antes de cruzar: primero a
la izquierda, luego a la derecha y de nuevo a la izquierda, asegurándonos que
no viene ningún coche. Caminar siempre por la acera, y si no hay acera, caminar
a lo largo del borde de la carretera utilizando, si es posible, elementos que
nos hagan ser visibles a distancia.
En
mi opinión, eliminar aparcamientos en zonas escolares, ampliar aceras, reducir
anchos de vías, convertir las zonas de paso de los peatones-escolares en zonas
agradables y seguras, organizar el mobiliario urbano o los puntos limpios en pro
de la seguridad de los pequeños o bajar los niveles de ruidos en calles y avenidas a niveles tolerables son cuestiones que deberían ser el estándar
básico de la seguridad para escolares.
Por su parte, el Ayuntamiento de Sagunto, el pasado año esolar ha trabajado un programa de caminos seguros a la escuela para promover
que los niños y las niñas puedan circular solos, seguros. Hacer una ciudad más
segura para todos está muy relacionado con el urbanismo y la movilidad. Habra que esperar a la evaluación de este trabajo en cuanto a su utilidad real. Frente
al problema del tráfico a la salida de la escuela se necesitan medidas por
parte de los Ayuntamiento y concienciación por parte de los padres. Lo que está
del todo claro es que los niños siempre disfrutarán más de la aventura de ir
libres a la escuela. Espero
que no se quede ahí la cosa y prospere, para que apoyandose en el Plan
de Movilidad Municipal de Sagunto y el Plan Acustico Municipal de
Sagunto se tomen medidas drásticas en beneficio de todos.
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