Conducir con suavidad reduce los niveles de contaminación
del aire. Es lo que afirma el National Institute for Health and Care
Excellence (NICE por sus siglas en Inglés) de Reino Unido en un
reciente estudio, y suena a una premisa lógica: cuantos menos acelerones y
reanudación de la marcha, menos emisiones. ¿Y qué elementos son los que más
nos hacen frenar y conducir sin un ápice de suavidad, aumentando las frenadas
en seco? Los badenes, el gran enemigo de nuestra espalda y de la suspensión del
coche.
Además aumentan los niveles de consumo de combustible,
aumenta la contaminación del medio ambiente, producen más ruido al paso de
estos. Los badenes elevados no reducen la velocidad de los automóviles, no
están bien colocados, penalizan a peatones y ciclistas y tienen en algunos
casos dimensiones desproporcionadas. A esto se añade una señalización
deficiente o están deficientemente mantenidos. Su uso puede provocar daños a
las personas, aumentando las posibilidades de sufrir lesiones lumbares o
cervicales.
En Reino Unido la contaminación causa alrededor de 25.000
muertes al año, por ello el NICE ha planteado en el estudio Air pollution –
outdoor air quality and health, aún en desarrollo, medidas para reducir la contaminación
del aire y fomentar el transporte Cero Emisiones a nivel europeo.
Las ciudades tienen sus responsabilidades en la reducción
de emisiones de efecto invernadero y la lucha contra el cambio climático.
Se puede empezar por buscar soluciones inteligentes a los
badenes, por tener un transporte colectivo cómodo, eficaz, rápido, menos
contaminante. Empezar por mantener libre de emisiones nuestra casa común puede
ser una buena forma de colaborar en mejorar el cambio climatico.
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