Las aceras de nuestras calles
son espacios públicos esenciales para la vida urbana. Son lugares en losque nos
comunicamos, conversamos, intercambiamos, jugamos, corremos, caminamos o,
simplemente, estamosde pie o sentados.
Las aceras no son canales de
circulación de vehículos. El tránsito de vehículos rompe la complejidad y elcarácter que tienen, es decir, la forma en la que
estamos y nos comportamos en ellas.
La circulación de vehículos por las aceras es especialmente negativa
para los grupos más vulnerables de
la sociedad; para los niños y niñas,
las personas mayores o las personas con discapacidad. El sentimiento de confianza se torna en percepción de riesgo
o incomodidad.
En los últimos tiempos, para
resolver los problemas de seguridad y espacio disponible en la calzada que tienen
vehículos como las motos, las bicicletas o los diversos patines motorizados,
algunos ayuntamientos están pervirtiendo el
carácter de las aceras permitiendo que aparquen o circulen por ellos,
contraviniendo las leyes y rompiendo la
cultura de uso del espacio público.
Las
normativas de tráfico y, en particular, la legislación de seguridad vial desde sus inicios en los años veinte del siglo pasado, han considerado las
aceras como un espacio exclusivamente peatonal.
La reforma del Reglamento General
de Circulación vigente, la norma básica que orienta el comportamiento de conductores y peatones, que está siendo elaborada en la actualidad, es una
oportunidad de reafirmar el carácter peatonal, no circulatorio de las
aceras. Los problemas de circulación y
aparcamiento de los vehículos más débiles en el tráfico no deben resolverse en las aceras, a costa
de la seguridad y comodidad de los peatones.
Además, es también el
momento de apostar por una movilidad más sostenible cuyos pilares deben ser la defensa
y promoción de la movilidad peatonal y ciclista. La movilidad ciclista tiene un
gran potencial como modo de transporte urbano y sin duda puede contribuir a la
mejora ambiental de nuestras ciudades. Sin embargo sería un gravísimo
error que la promoción de la
bicicleta se hiciese a costa del espacio peatonal, de sus aceras.
En
conclusión, las organizaciones
firmantes, conscientes de que las normativas contribuyen a generar comportamientos,
instan a la Dirección General de Tráfico del Ministerio del Interior a mantener en la
legislación de seguridad vial
los rasgos peatonales y no circulatorios de las aceras, a reforzar la idea de
que LA ACERA ES PEATONAL