Sagunto debe ir poniendo las bases
para consolidarse como una ciudad con calidad de vida, cohesionada socialmente
y atractiva para nuevas empresas y visitantes. Debería conocer qué quiere ser
en el futuro, si un centro de negocios y actividades económicas con una
industria fuerte, con una actividad turística importante u otra cosa. En
cualquier caso, nos deberíamos plantear cuál es el compromiso de habitabilidad
que asumiremos, qué esfuerzo vamos a realizar para conseguirlo y, sobre todo,
cómo preservaremos el medio ambiente aumentando los espacios de convivencia.
Existen espacios interesantes en la
ciudad y se incorporaran más, pero los hábitos sociales de motorización en los
desplazamientos hace crecer la preocupación por la congestión del tráfico y por
la contaminación; estas son cosas que merecen reflexión y un compromiso público
para lograr una movilidad sostenible como condición indispensable de mejora
ambiental de Sagunto. De entrada se cuenta con una ortografía urbana predominante
llana, lo que nos propone un uso de modos no motorizados sin mayores problemas.
Nuestra red viaria se va ampliando con cada PAI y vamos saturándola poco a poco.
Siempre he pensado irónicamente que, cuando algún vecino se compra un coche, automáticamente
el alcalde genera una plaza de aparcamiento en el barrio que corresponda, hasta
que se satura la red y la ampliamos de nuevo. La solución no es crecer sin
medida. Es necesario disponer de una respuesta armonizada con la sostenibilidad
a la motorización creciente. Todos los modos de transporte tendrán que compartir
los espacios existentes y habrá que tratar las necesidades de la convivencia de
cada cual, desde la distribución de mercancías, las demandas de aparcamiento,
la compatibilidad con el paseo, pero siempre con marcadas prioridades y
planificando el futuro.
Es necesario un acuerdo global
entre todos los sectores implicados, ciudadanos, industrias, operadores de
transporte… todos. Se deben concertar las políticas de movilidad porque el uso
de transporte privado nos puede llevar a una situación de congestión del
transporte colectivo, a la falta de seguridad de los conductores, ciclistas y peatones o a la pérdida de atractivo
comercial de las calles, situaciones no deseables para nadie. Por otro lado, el
aparcamiento en aceras, pasos de cebra sobre-elevados, elevaciones (bultos)
sobre las vías de acceso rápidas, excesos de velocidad, contaminación acústica
o dobles filas son situaciones que exigen regulación. Esta ciudad debe
plantearse cómo desea que sea el tráfico y el tipo de transporte colectivo.
La Ley de Movilidad de la Comunidad
Valenciana determina que las administraciones públicas de la Comunitat
Valenciana promoverán los desplazamientos a pie y en bicicleta tanto en el
ejercicio de sus competencias en materia de movilidad, como en relación con las
que ostentan en materia de planificación urbanística, ubicación de servicios públicos,
urbanización y construcción de infraestructuras.
El Gobierno Local debe esforzarse
en hacer crecer el bienestar de los ciudadanos, en mejorar la accesibilidad. Es
preciso, si deseamos una ciudad atractiva, disponer de reglas de movilidad para
conseguir un uso más racional de los vehículos privados, dando prioridad a los
medios de transporte más respetuosos con el medio ambiente (desplazamientos a
pie, en bicicleta o en transporte colectivo) destinando nuestros esfuerzos en
potenciar las directrices y recomendaciones de la Unión Europea.
Necesitamos un plan que incluya la
circulación de vehículos, transportes, estacionamientos regulados, calles de
aparcamiento para residentes, jerarquización viaria, itinerarios peatonales,
aparcamientos, mejora del transporte público, calles y plazas peatonales,
priorización de transportes sostenibles… es decir, definir el modelo de ciudad
para la convivencia cómoda.
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