Me comenta un amigo que a su padre hubo que ingresarlo de urgencia en el
Hospital de Sagunto y, como vive en el centro del Puerto, el camino hasta el
Hospital fue largo y sinuoso callejeando hasta llegar. Ingresó su padre y
afortunadamente todo salió bien. Pero le preguntó al conductor de la ambulancia
por qué dio tanto rodeo, a lo que este le contestó que la intención era que el
paciente llegará al hospital en las mejores condiciones, sin sobresaltos que
pudieran ser causa de agravar el problema que tiene el enfermo. La razón del
callejeo era no pasar por encima de los reductores de velocidad.
Los reductores de velocidad a los que me refiero son los pasos
peatonales sobreelevados de los que disfrutamos en las vías rápidas en todo Sagunto
ciudad, mar o montaña. Para evitar estos inconvenientes se ha producido una pequeña adaptación
en la ruta de los autobuses, estos tienen su ruta marcada pero cuando pueden escapar de
pasar por encima lo hacen, en determinados lugares toman la alternativa del
carril paralelo, lo cual se agradece.
En cuanto a las ambulancias dedicadas al transporte urgente de personas
con problemas de salud, se opta por soluciones caseras. Así, la recogida de las
personas está prevista para casos de urgencia en los que los segundos y los
minutos son vitales. Para el trabajador que conduce intervienen factores
externos incontrolables y el estrés es evidente en este colectivo y los
reductores de velocidad añadieron una causa más de preocupación para ellos. También
para el enfermo y para sus familiares. La solución práctica no es muy ortodoxa
pero hace que lleguen con vida los pacientes al hospital, evitando pasar por
encima de los reductores de velocidad, evitando así los bruscos saltos que
produce. Los reductores de velocidad se han dispuesto como bunkers, estratégicamente
defendiendo las rutas de acceso al hospital de Sagunto. Es difícil encontrar la
forma de llegar al hospital de Sagunto sin dar rodeos. Desde el núcleo historico no hay manera de evitarlos para llegar al Hospital.
Me consta que desde hace bastante tiempo al anterior equipo de gobierno
y desde diferentes personas y colectivos, se le instó a que valorara retirar
los pasos de cebra sobreelevados, porque castiga a todos los modos de
transporte por igual, aunque a los viajeros de autobús y ambulancias sean los
más damnificados, que no los únicos y si no pregúntenle a los vecinos de la
zona del camping Malvarrosa de Corinto. Se instó a que diera una
alternativa en la que los viajeros del autobús
no fueran como niños en una montaña rusa y salieran mareaos después de un viaje
de Sagunto al Puerto o viceversa. La respuesta fue que eran legales y
necesarios. Lo de legales tienen razón, pero lo necesario lo dudo, porque no
fue aplicado el mismo criterio para el mismo problema en distintas partes del
pueblo, cuando el problema es la alta velocidad con la que circulas los coches.
Para muestra un botón: lo vimos publicado en los papeles en enero de este año. Era
relativo a las velocidades de 120 km/h y una persona muerta en la Calle Albert Einstein;
evidentemente no hay pasos sobreelevados en esta calle ni los han colocado después.
En cuanto al autobús, los reductores de velocidad lograron que más gente
huyera de él.
En mi opinión los reductores de velocidad hay que eliminarlos. No son
necesarios cuando puede preverse otras alternativas como sustituirlos por el colchón
Berlinés, Speed Kidney, LightGuardSystem, peAto, reductor de velocidad
inteligente o por medidas más duras como la colocación de radares.
Nota: En la imagen y en color verde los itinerarios para no tomar los reductores de velocidad.
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